La educación acerca de la sexualidad es céntrica en nuestra comprensión de Dios, de nosotros como varón y hembra creados a su imagen, y de la conexión con Dios y con nuestros semejantes para la cual fuimos creados.
Para los cristianos, el proceso de desarrollo curricular debe comenzar con una comprensión de los principios y las enseñanzas de la Biblia que establecen los parámetros para el mensaje de la Iglesia. Sólo entonces puede desarollarse un marco curricular que identifique los conceptos clave y establezca la secuencia apropiada para introducir y edificar sobre esos conceptos a lo largo de la vida. Este trabajo ha llegado ahora a su feliz realización con este volumen.
Los niños, jóvenes y adultos en nuestras congregaciones y en las comunidades en las que se desenvuelven merecen nuestros mejores esfuerzos en la tarea de iluminar su comprensión del diseño de Dios para la sexualidad humana y la aplicación práctica de este conocimiento en la vida diaria.